Si bien es cierto que el sector jurídico no se espera que sea uno de los grandes damnificados de la crisis en la que nos hemos visto inmersos a raíz del COVID-19 (como puede ser el sector turístico, de transportes o restauración), estamos comprobando que la política generalizada en el mundo de la abogacía de los negocios es la contención.

Nos encontramos ante una situación sin precedentes en la que la economía al completo del país se está resintiendo y, a día de hoy, todavía es complicado cuantificar el impacto, en términos económicos, que va a tener esta crisis en los despachos de abogados.

En este contexto es más que comprensible que muchas firmas estén tomando medidas -siendo unas más drásticas que otras- para minimizar riesgos y en pro de la sostenibilidad del negocio.

Entre estas medidas hemos visto cómo muchas firmas han congelado salarios, suprimido “bonus” a los abogados y reparto de dividendos entre los socios, han pedido a sus abogados que disfruten de días de vacaciones y estamos comenzando a ver algunos ERTE.

A su vez, muchos despachos han paralizado las contrataciones hasta que “se vuelva a la normalidad”.

VALOR AÑADIDO DEL “HEADHUNTER”

Es ahora, ante la incertidumbre actual, cuando se debe resaltar el valor añadido que pueden aportar los “headhunters” a sus clientes y a los abogados.

Pronto habrá finalizado el estado de alarma, ya existe un plan de desescalada del confinamiento por parte del Estado, y muchas firmas se encuentran también ultimando su plan de regreso a las oficinas, realizando test a sus empleados y adoptando las medidas de precaución necesarias para que los abogados puedan volver a sus centros de trabajo.

Poco a poco se irá reactivando la economía, y los despachos de abogados habrán finalizado sus auditorías para evaluar cuál puede ser el golpe del coronavirus y plantearán distintos escenarios para paliar este posible impacto.

Se les va a acumular mucho trabajo de gestión y más imprescindible se volverá la labor del “headhunter”.

POR QUÉ LA LABOR DE LOS “HEADHUNTER” VA A SER MUY IMPORTANTE

A continuación expongo diversos motivos.

En primer lugar, muchos abogados estarán algo más reacios y menos receptivos a realizar movimientos laterales.

Ante un panorama como el que se presenta, muchos se colgarán el cartel de “no estoy interesado en un cambio” con mayor facilidad que antes, obviando que puede ser el momento idóneo en el que surjan grandes oportunidades.

El “headhunter” tiene un gran conocimiento del mercado, conoce cuáles son las prácticas y equipos más punteros en cada despacho, la cultura, exigencia y ambiente que se respira en cada departamento –que puede variar dentro de una propia firma–, y sabe qué gestión y proyecto organizativo están llevando a cabo sus dirigentes.

Todo esto hace que el “headhunter” pueda establecer una relación de confianza con los abogados, y le pueda prestar un asesoramiento “tailor made”, ya que cada abogado tiene unas perspectivas profesionales, o una situación personal distinta.

Esto implica que la comunicación directa del “headhunter” con los abogados sea bastante más cercana e imparcial que probablemente, una llamada o un mensaje desde una cuenta del departamento de selección de un despacho y, por tanto, el agente que media en las contrataciones puede resultar muy útil tanto para sus clientes, como para los abogados.

NO SOLO CONTRIBUYE A CUBRIR VACANTES: VA MUCHO MÁS ALLÁ

En segundo lugar, el “headhunter” no sólo está preparado para cubrir vacantes o mandatos que requieran los distintos despachos, como puede presumirse que en los próximos meses se reforzarán las prácticas de laboral, procesal o concursal.

El buen “headhunter” va más allá, y en SSQ, líderes en la búsqueda de abogados para despachos y empresas a nivel mundial, nos preocupamos por el crecimiento y rentabilidad de nuestros clientes, por lo que les acompañamos de forma proactiva en el desarrollo de negocio buscando y ofreciéndoles candidatos que sabemos tienen un encaje cultural, y una proyección dentro del plan de carrera de la firma, así como profesionales con su propia cartera de clientes.

No todos los abogados están hechos para todos los despachos, y esto es una cuestión que en muchas ocasiones los propios abogados desconocen.

Por otro lado, los clientes también agradecen la cercanía del “headhunter” con los candidatos para poder transmitir y percibir esos matices que de otro modo sería bastante más complicado.

MOMENTO CRÍTICO PARA LOS ABOGADOS

En mi humilde opinión, los despachos de abogados se encuentran en un momento crítico, y las previsiones que realicen y las decisiones que tomen en los próximos meses, serán claves para su evolución en los próximos años.

Es momento de anticiparse y estar preparados, actuar con suma rapidez para que puedan seguir prestando un servicio de calidad a sus clientes y, en esta tesitura, muchos de ellos no cuentan con los recursos humanos internos suficientes o necesarios, tanto para fichar a asociados de alto nivel para que se unan a sus proyectos, como para incorporar perfiles de socios capaces de generar negocio, pues precisamente estarán lidiando con un cúmulo de problemas internos de organización.

Por lo que una vez más, el apoyo en los “headhunters” puede resultar más que satisfactorio.

Por otra parte, los abogados deben ser igual de previsores, y deben estar al tanto de cómo poder sacar ventaja –o al menos no quedarse atrás– en esta crisis.

Es momento de que demuestren que son personas válidas para sus organizaciones, capaces de adaptarse y sacar su mejor versión en momentos complicados.

Tendrán que ser creativos, se valorará más aún tener un perfil con capacidad para generar negocio, deberán estar dispuestos a reciclarse si su práctica de ejercicio se ve algo obsoleta y deberán continuar formándose y especializándose en aspectos que les hagan más versátiles.

No siempre es sencillo plantearse y reflexionar sobre estas cuestiones, y un buen asesoramiento por un especialista siempre puede servir de ayuda.

Por último, y para aquellas firmas que se vean obligadas a realizar ajustes en sus plantillas, el “headhunter” también puede servir de gran ayuda prestando un servicio de “outplacement”, ahorrando el coste de las indemnizaciones por despidos al despacho y, ofreciendo nuevas oportunidades a trabajadores que se vuelven prescindibles para sus empleadores.

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